Qué hacer cuando el corazón de su perro empieza a fallar

Tos seca, dificultades respiratorias y cansancio, algunos de los síntomas.

La falta de ánimo y de apetito de su perro, así como las tos o los problemas respiratorios, son algunas de las alarmas que indican que el corazón del animal no está funcionando correctamente. Sin embargo, estas también pueden ser alertas de otras enfermedades o complicaciones. Así que lo único certero para establecer si el corazón falla será el resultado de los exámenes indicados por el veterinario.

Y como más vale ser precavido, lo mejor, antes que lamentar, es llevar a su mascota al veterinario con cierta regularidad.

Si las fallas del corazón se descubren a tiempo y se sigue un tratamiento medicinal adecuado y buenos cuida

dos de los propietarios, el pronóstico de vida del animal aumentará. De lo contrario, su vida y bienestar empezarán a decaer.

En algunos casos, estas enfermedades son congénitas y, dependiendo del diagnóstico, se pueden revertir mediante una intervención quirúrgica, luego de los 5 años de edad.

No obstante, la mayoría son adquiridas por otras patologías, bien sean virales, infecciosas, tumorales o nutricionales. En algunas de estas no se presentan síntomas en un principio, aunque sí existen motivos de consulta que son más usuales, como la tos seca en la noche y desmayos sin razón aparente. Otros son el cansancio excesivo y la intolerancia al ejercicio.

Enfermedades adquiridas

Aunque son varias, una de las más comunes es la falla mitral. Se trata de la incapacidad que presenta la válvula mitral, la cual se encarga de permitir el paso de la sangre entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo.

Esta afecta sobre todo a perros de razas pequeñas como pequinés, chihuahua, pomerania, caniche, mestizo y a un canino de porte medio como es el cocker spaniel.

Otra es la cardiomiopatía dilatada, que se presenta cuando el músculo cardiaco (miocardio) empieza a perder fuerza de contracción y las paredes se adelgazan, por lo que no se bombea bien la sangre.

Dicha complicación suele ser más común en perros de razas doberman, bóxer, gran danés, ovejero alemán y cocker spaniel. En cualquiera de los dos casos, el tratamiento dependerá del diagnóstico veterinario. Y a este se sumará una dieta baja en sodio, fósforo y aminoácidos, y más vitamina B y magnesio, que ayudan a contrarrestar la pérdida de nutrientes en la orina, dado que muchos de los tratamientos son a base de líquidos.

Adicionalmente, el animal debe mantener un entorno tranquilo, estar libre de estrés y disminuir su actividad.

Así que si el corazón de su perro empieza a fallar, llénese de paciencia y cariño hacia él, y nunca lo obligue a correr o a ejercitarse si el animal no quiere.

Las fallas cardiacas son más comunes en perros que en gatos.

Controles indicados

-No medique al animal sin asesoría de un veterinario

-Los exámenes básicos partirán de la auscultación, en la que se evidencian arritmias o soplos.

-Luego vendrán los exámenes más detallados, como radiografías, ecocardiografías, entre otros. Con los resultados se seguirán los tratamientos para así lograr prolongar la vida del animal.

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