domingo, 7 de octubre de 2012

Monogamia: una idea más social que real


Monogamia: una idea más social que real


Sociedad moderna está cimentada en este modelo, pero cada vez hay voces que cuestionan.

Los seres humanos somos promiscuos y polígamos. De hecho, si no fuera porque existen normas sociales y culturales, las orientaciones sexuales de las personas derivarían en relaciones paralelas de diferente profundidad e intensidad. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los investigadores Cristopher Ryan y Casilda Jethá en su libro sobre antropología sexual En el principio era el sexo, un irreverente estudio que cuestiona todas las teorías tanto científicas como culturales sobre el sexo y las parejas.
Ryan y Jethá (psicólogo y psiquiatra) reconocen, eso sí, que su postulado no deja de ser polémico y controversial. Por eso, matizan que al hablar de promiscuidad se refieren sobre todo a la mezcla y al intercambio que hacían nuestros antepasados en un entorno desprovisto de constricciones culturales.
De alguna manera, esas limitaciones se mantienen vigentes. Los autores aseguran que vivimos en sociedades cimentadas en el discurso convencional y, tal vez, conveniente de que el ser humano es monógamo por naturaleza, así su cuerpo tienda a moverse en sentido contrario.
Pérdida de deseo
El cuerpo del hombre está diseñado para tener una gran actividad sexual, que supera la necesidad de reproducirse. Dicen los investigadores que incluso a nivel orgánico las estructuras reproductivas están diseñadas para elegir la mejor propuesta de fecundación, en el caso de las hembras, y para que sus espermatozoides compitan con otros, en el caso de los machos.
Refuerzan la idea de la poligamia -ese tipo de unión que permite a una persona estar casada con varias más al mismo tiempo- con la pérdida del deseo que sienten las parejas tras años de convivencia, al punto que califican esa fraternidad en la que se cae como una forma de repulsión hacia el incesto y un llamado a buscar nuevas parejas sexuales.
El mismo Federico Engels afirmaba que la monogamia surgió como un condicionamiento social, como una sofisticación en las relaciones (porque lo natural es la poligamia). Pero investigadores de la Universidad de Emory, en Atlanta (EE. UU.), sugieren que la monogamia, al menos en los animales, es una condición genética. Esta conclusión es resultado de un experimento en el cual lograron, con manipulación genética, que ratones machos promiscuos se convirtieran en roedores fieles a una sola pareja.
Encontraron que los ratones de la pradera (que forman parejas para toda la vida y cuidan a sus crías junto a ellas) tenían en el área del cerebro relacionada con las adicciones receptores para una sustancia llamada vasopresina. Esta condición, valga aclararlo, estaba ausente en los promiscuos ratones del pantano.
Los científicos tomaron genes receptores de vasopresina de los ratones monógamos y, mediante un virus, los introdujeron en los cerebros de los ratones polígamos. Sorpresa: los roedores tratados crearon lazos con una sola ratona.
Los autores extrapolan los resultados a los hombres y sugieren, así, que el gen de la fidelidad podría existir.
¿Invención necesaria?
Para Olga Albornoz, psiquiatra colombiana, "la monogamia es un mito y, en contra de lo que muchos creen, no es algo natural, sino una construcción social, un modelo para seguir que puede grabarse en las conciencias, como si fuera una ley divina". Pero para ella es clave diferenciar la poligamia de la infidelidad. "La poligamia está aceptada por los clanes, por eso en algunas regiones de las costas Atlántica y Pacífica, así como en algunas tribus amazónicas, se acepta como parte de su cultura". De hecho, explica que se suele hacer como una forma de supervivencia: el hombre embaraza a varias mujeres para que no corra peligro la continuidad de la especie.
Hasta la llegada de las pruebas de ADN, a fines del siglo XX, los machos solo tenían una manera de garantizar que todos los hijos fueran suyos: copular a diario con ellas y vigilarlas. Pero el psicólogo Frank Beach y el antropólogo C. S. Ford comprobaron que de 185 sociedades humanas, solo 29 (15,6 por ciento) condicionaban a sus miembros a la monogamia absoluta. Incluso, algunas sociedades monógamas aprueban el sexo extramarital.
Cuestión cultural
La poligamia fue anulada en Nepal en 1963; en la India, parcialmente, en 1955; en China, en 1953, y en Japón, en 1880.
La población dagara, de Burkina Faso, cree que los niños son hijos de todas las mujeres.
Bajo las leyes islámicas se aceptan cuatro esposas.




F  eltiempo

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