Brizendine asegura en su libro 'El cerebro masculino' que el instinto paternal no es intrínseco en ellos.
Louann Brizendine, una de las más prestigiosas neuropsiquiatras del mundo y experta en el estudio del cerebro se ha ganado fama de controvertida en ciertos entornos feministas debido a sus afirmaciones sobre las diferencias de género o por dar cabida científica a ciertos estereotipos.
En su libro El cerebro masculino (la secuela de El cerebro femenino, su anterior best-seller) establece las diferencias entre sexos.
"Es un libro que he escrito para mujeres, intenta dar un poco de luz a las principales frustraciones que he visto a lo largo de mi carrera", afirma.
Nos recibe en el Hotel Las Letras de Madrid (España) con una sonrisa de oreja a oreja y con ganas de dar a conocer su trabajo.
La biblioteca del hotel tiene un aire intelectual que inspira a la entrevista un aura más profunda si cabe, a la altura de nuestra entrevistada, cuya baja estatura es inversamente proporcional a la energía que desborda en cada respuesta.
¿Qué nos puede comentar acerca del "instinto paternal"?
No es un instinto intrínseco del hombre, lleva práctica desarrollar su lado paternal. Para que se despierte este instinto el padre necesita pasar tiempo con su bebé a través del contacto cutáneo y ocular. Se ha detectado que los hombres que se implican más en el cuidado de sus hijos tienen menores índices de testosterona, no se sabe con certeza si es la paternidad la causa de esta reducción de testosterona.
¿Qué efectos tiene el alto nivel de testosterona en los hombres?
Los hombres con mayor nivel de testosterona tienen más probabilidades de 'perseguir' a la hembra, es decir, muestran más interés en conseguir un compañero sexual, pero esto no puede servir de excusa para los hombres promiscuos, no pueden decir que son promiscuos por culpa de sus genes ya que el hombre puede elegir no seguir sus instintos.
Las mujeres también son promiscuas, tienen sus 'aventuras', pero la promiscuidad se da más en los hombres casados que en las mujeres casadas. Además, las mujeres rara vez acceden a un "aquí te pillo, aquí te mato".
¿Qué provoca la promiscuidad?
La vasopresina es una hormona producida por el cuerpo, hay estudios que demuestran que los hombres con la versión más larga de vasopresina son más propensos a contraer matrimonio y llevar una vida feliz y monógama, al contrario que los sujetos con una versión más corta de ella. Otros estudios realizados en ratones demostraron que si se inyecta en el cerebro de uno polígamo una versión larga de vasopresina, el ratón se volvía monógamo, estos resultados son fascinantes.
¿Por qué es más difícil para los hombres tener empatía?
No es que para los hombres sea más difícil tener empatía o ponerse en el lugar del otro. Existen dos tipos de empatía presentes en los dos sexos; la emocional y la cognitiva, esta última la usan más los hombres mientras que la emocional es más usada por las mujeres. Nosotras somos más emocionales mientras que ellos son más racionales. De aquí surgen algunos de los problemas de comunicación entre sexos.
¿Qué estereotipos tienen una base científica?
Por ejemplo, en el cerebro masculino la zona para el ejercicio de la sexualidad es 2,5 veces más grande que en el femenino, no creo que esto confirme el estereotipo de que el hombre esté siempre pensando en el sexo pero sí que bajo esos estereotipos se esconde algo de verdad. A pesar de este dato, los hombres piensan en muchas otras actividades de manera profunda, también buscan la estabilidad y elegir a la mujer con la que compartir su vida.
¿Qué diferencias hay entre un cerebro heterosexual y uno homosexual?
No sabemos mucho sobre las diferencias exactas entre ellos pero sí que hay estudios que sugieren que existen diferencias en partes del cerebro no implicadas en la atracción sexual, también se ha constatado que los hombres heterosexuales son mejores en cuanto a tareas espaciales. Además se ha demostrado a través de diversos estudios empíricos que la atracción sexual es un hecho fisiológico; por ejemplo a los hombres homosexuales les atraen las feromonas masculinas mientras que las femeninas no. No se ha detectado ningún gen específico que influya en la conducta sexual.
ÁNGEL VILAR
EFE REPORTAJES
F eltiempo.com
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