lunes, 31 de enero de 2011

Consejos para controlar los cólicos, molestias comunes en los bebés lactantes

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Verifique primero que su llanto no sea por hambre, frío, sueño o por la presencia de alguna enfermedad.
Cuando un bebé llora de manera inconsolable, intensa, aguda y prolongada, rechaza la comida, encoge y estira sus extremidades, frunce el ceño y además tiene el abdomen duro, podría estar sufriendo de cólicos. Una condición que tiende a desaparecer al inicio de la alimentación complementaria.
De acuerdo con Víctor Mauricio García, coordinador de la Unidad de recién nacidos del Hospital Universitario de La Samaritana, aparecen con cierta frecuencia durante los primeros 6 meses de vida, pues de 100 pequeños, 50 han tenido al menos un episodio de cólico en algún momento.
Esta molestia se manifiesta como un dolor o retorcijón repentino en el abdomen que suele repetirse. “No tiene una causa definida, aunque a veces se asocia con enfermedades como estreñimiento o reflujo gastroesofágico o al rechazo a algún alimento”, añade el especialista.
Para el pediatra Carlos Cortázar, algunos infantes pueden tener una inmadurez intestinal transitoria que se vincula con alergias o intolerancia a la leche. Por esta razón, es esencial que la madre se alimente adecuadamente con el fin de contrarrestar las dolencias. “La ingesta excesiva de leche entera o el consumo de bebidas o infusiones de hierbas no solo afectan al niño, sino que nunca se ha demostrado que incrementen la producción de leche o que beneficien la buena digestión del bebé”, afirma el experto.
Adicionalmente, existen causas emocionales y ambientales que pueden influir en la aparición de un cólico. Según el doctor Cortázar, el exceso de estimulación es una de ellas, puesto que los bebés liberan tensión acumulada como consecuencia de la cantidad de estímulos que recibieron durante el día.
“Por ello es que el llanto ocurre con mayor frecuencia en la tarde o en la noche. La actitud desesperada de los padres, así como la influencia e intromisión de otros familiares, puede incrementar el problema en el niño generando un círculo vicioso de muy difícil manejo”, agrega Carlos Cortázar.

Descarte otras complicacionesPor lo general, cuando un niño tiene cólico y los padres interpretan su llanto como hambre, el pequeño se calma temporalmente al ser alimentado, aunque al poco tiempo vuelve a llorar de nuevo por el dolor que le causa la distensión e inflamación intestinal.
De acuerdo con el doctor García, un verdadero cólico no se calma con facilidad al alzar el bebé, darle de comer o cambiarle el pañal. Por eso, antes de asumir que se trata de uno, es conveniente verificar primero si el llanto es por frío, hambre, sueño o por la presencia de alguna enfermedad.
“En el 90 por ciento de los casos se descubre que las molestias están relacionados con estreñimiento o reflujo, entre otras patologías, siendo el cólico uno de los síntomas. Por eso, el dolor desaparece cuando el niño es tratado por el médico”, enfatiza el doctor García.
Sin  embargo, en el 10 por ciento de los casos el especialista no encuentra una causa clara que explique el porqué de la dolencia tras evaluar la situación general del paciente. Según el doctor García, cuando esto ocurre el niño es diagnosticado con el cólico del lactante.
“Por eso, es importante que los pequeños que presenten síntomas anormales sean vistos por un doctor, quien les abrirá una historia clínica, les hará un examen médico concienzudo y, si se requiere, recomendará un tratamiento específico”, agrega.
Se les recomienda a los padres tener a la mano un cuaderno en el cual puedan anotar en qué momento se presentó un episodio de cólico, cómo se comportó el niño frente a él, cuánto tiempo duró y con qué se calmó. De esta manera, el médico podrá hacer un diagnóstico más acertado de cada situación particular.

Medidas de bienestarEl pediatra Carlos Cortázar afirma que para atenuar el dolor de un cólico “es aconsejable arrullar suavemente al bebé en un ambiente agradable, con luz tenue, poco ruido, sin mucho abrigo y con mucho amor”.
Para el especialista, si hay distensión abdominal, puede ayudar colocarle una bolsa de agua tibia o acostarlo boca abajo para que el calor o la presión aceleren el tránsito intestinal y se facilite la liberación de los gases que originan el dolor.
Entre tanto, el doctor García sugiere hacerle al bebé un masaje suave en el estómago con aceite de almendras o de vegetal, procurando que esté protegido del frío mientras recibe el masaje.
“Es ideal dejarlo que tenga un sueño reparador y cantarle una canción. Si está llorando, hay que cargarlo colocándolo contra el pecho de la mamá en posición recta, para luego caminar con él alrededor de la cuna”, dice el especialista.

Precauciones• No es aconsejable administrar medicamentos, sin haber consultado al pediatra.
• Así mismo, es clave que el niño se alimente con leche materna a libre demanda.
• Descartar que esté llorando por otitis, infección en la garganta, infección urinaria, gripa o como respuesta a alguna vacuna.
• La leche materna es el único alimento que debe recibir de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
• Lo normal es que un cólico no dure más de 3 minutos. Si después de cinco minutos no se ha podido controlar el llanto, a pesar de haber intentar lo mencionado anteriormente, es necesario acudir al especialista, quien guiará a los padres sobre la manera de proceder frente al caso del menor.
Por Diana Bello Aristizábal
Redactora ABC del bebé

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