miércoles, 7 de noviembre de 2012

Póngale buen sentido del humor a la crianza


Póngale buen sentido del humor a la crianza


Una madre puede enseñarles a sus hijos a reírse y bromear con amabilidad y respeto. Foto: Fotolia
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La psicóloga y educadora Annie de Acevedo escribe sobre una ideal crianza de los niños.

Los chistes y la diversión con los niños traen beneficios físicos y emocionales para sus hijos y para usted. Además, dejan maravillosos recuerdos de infancia. Es importante tener como propósito de vida reírse y gozar de las cosas sencillas y cotidianas. Es realizable y más fácil de lo que creen. Los niños, especialmente, gozan mucho con el buen humor, los chistes y todo lo que los haga reír.
Un buen propósito, sencillo y fácil de llevar a cabo, puede ser reírse más poniéndoles gracia y buena onda a las cosas. El buen humor es un goce especial, el cual resulta de una reflexión inesperada y divertida, como puede ser un chiste. Trae consigo la risa, que es inmediata y explosiva, y una descarga de tensión emocional. No existe una definición para describir el sentido del humor. Cada quien encuentra graciosos o divertidos diferentes hechos, cosas o situaciones. Cultivando el buen humor, uno se puede mantener bien mentalmente y darle a su vida diversión y felicidad. Este y la risa pueden protegernos incluso de un ataque cardíaco.
Un estudio reciente de la Universidad de Maryland encontró que las personas con enfermedades cardíacas se reían hasta un 40 por ciento menos que las personas sin esta dolencia. Como ven, la habilidad para reírse tiene implicaciones positivas para la salud. Hay otros estudios de la Universidad Loma Linda, de California, que muestran que el buen humor y la risa tienen beneficios importantes, como bajar la tensión arterial y subir los niveles de endorfinas, que son los analgésicos naturales del organismo. También aumentan la flexibilidad muscular y estimulan los dos lados del cerebro, lo cual mejora la capacidad de aprendizaje.
La risa mantiene el cerebro alerta, algo muy importante a cualquier edad. Definitivamente, es buena idea ponerle buen humor a la vida y verle su lado jocoso. En la tarea de ser padres también tenemos que abrirles espacio al chiste y a las carcajadas. No se puede tomar todo tan en serio, porque peligra nuestra calidad de vida. Hasta una cantaleta graciosa es mejor recibida que el regaño tradicional. Cuando usted como padre se relaja, sus hijos también lo harán. Hay que divertirse y mostrar entusiasmo siempre que se pueda. No es fácil encontrarles el lado amable a las situaciones adversas, pero hay que proponérselo como objetivo.
Una manera de lograrlo es ejercitando el buen humor de manera regular. Póngase como oficio ir a ver una película divertida, reúnase con gente alegre, busque chistes, tome el pelo a los demás y ríase a solas de sus picardías. ¡Nada más delicioso que reírse con ganas! La risa lo aleja de lo aburrido, lo conecta con lo placentero y le permite pasar ratos inolvidables. Es importante dejarles a los hijos recuerdos de un hogar donde todos se podían dar el lujo de reírse y bromear con respeto y amabilidad. Ser recordados así es mucho mejor que como unos ogros aburridos y amargados. No se trata de convertirse en payasos, ni de que su casa se convierta en un circo, sino de poder ver el lado amable y divertido de la vida.
Es una buena enseñanza que no solo trae consigo salud mental, sino también salud física. Que sea el buen humor y no el mal humor el protagonista. Usted toma la decisión.


F  eltiempo

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