jueves, 29 de julio de 2010

El movimiento 'slow', una tendencia que busca volver a la lentitud en la crianza

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Carl Honoré, uno de los líderes del movimiento, habló con ABC del bebé sobre la importancia de generarles tiempo libre y descanso a los pequeños.

Carl vio las notas que el profesor de arte de su hijo de 7 años le había enviado, en donde señalaba las capacidades del pequeño para pintar. Entonces no dudó un segundo en buscar en Internet la lista de los mejores maestros en pintura y soñó con ser el padre del sucesor de Picasso. Cuando le contó a su hijo sobre la decisión de llevarlo a clases, este le contestó: “No quiero un tutor. ¿Por qué los adultos quieren controlarlo todo?”.

Y se quedó sin saber cómo refutarle. Entonces, Carl Honoré, periodista nacido en Estrasburgo, decidió dejar de ser un padre ansioso en busca de la perfección de sus hijos. Se embarcó en un viaje durante dos años por Europa, Asia y América Latina. Entrevistó a terapeutas, educadores, consejeros y todos los expertos en infancia y aprovechó para hablar con cientos de padres y niños. Esta investigación le ayudó a determinar que todos los padres anhelan dedicar más tiempo y espacio a la crianza de sus hijos.

ABC del bebé habló con el escritor de Bajo presión y Elogio a la lentitud, libros que le han valido el posicionamiento como uno de los líderes del Movimiento slow o de la lentitud en el mundo.
Papás más lentosEl movimiento slow impulsa abandonar la angustia y el afán de un mundo tecnificado, que genera la enfermedad del tiempo, donde prima una lucha constante por pedalear cada vez más rápido. “La lentitud nos permite ser más creativos en el trabajo, tener más salud y poder conectarnos con el placer y los otros”, señala el autor.

Esta angustia no es ajena a los padres, quienes buscan ofrecer a sus hijos las posibilidades de ser los mejores en todo: expertos en música, genios en matemáticas y con disposición para el deporte.

Pero ir a paso lento no significa ser una tortuga, sino hacerlo todo en el momento apropiado y de la mejor manera.

La industria, según este experto, juega un papel trascendental, pues se fijan pautas de ser y tener que llenan a los padres de ansiedad. Sin embargo, esta teoría no representa un ataque a los padres, pues así como los niños están expuestos a la presión, así mismo lo están los adultos. “En muchas naciones lo llaman el ‘padre hiperactivo’. En otras, el padre helicóptero que lo quiere cubrir todo.También se les denomina padres barredoras, semejando a las máquinas que limpian el hielo de las vías, como queriendo limpiar de imperfecciones el camino de sus hijos”, señala Honoré.

Las ventajas de permitir el tiempo muertoCarl Honoré propone facilitarles a los niños espacios de completo descanso, que les dé la posibilidad de reflexionar y no llenarlos de actividades como clases de piano o de tenis. Es ideal darles tiempos muertos para reflexionar y dejarlos tomar ciertos riesgos, como los que asumieron los padres cuando eran niños. Alrededor del mundo, colegios y universidades como Harvard están entrando en esta honda de la lentitud y han establecido jornadas sin tareas o clases extracurriculares.

Los niños necesitan tiempo y espacio para explorar el mundo por sus propios medios, disfrutar el placer de las actividades. Sin embargo, esta teoría no significa la libertad sin normas, pues los niños de hoy necesitan escuchar con más frecuencia la palabra ‘no’, para que los padres no los acostumbren a las concesiones ilimitadas.

Por Edna Juliana Rojas H.
Redactora ABC del bebé

F abcdelbebe.com

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