En estos días lluviosos hay mayor circulación de virus y más riesgo de que los infantes se contagien. Algunos síntomas se pueden manejar en casa. Hay que fijarse en signos de alarma.
La temporada de lluvia trae consigo tos, irritación de garganta, dolor de cabeza y otras molestias asociadas a las enfermedades respiratorias. Sin embargo, lo que representa un resfriado molesto en los adultos se traduce en un peligro inminente para los niños, especialmente los recién nacidos. De allí la importancia de que los padres y cuidadores de pequeños aumenten su atención en esta época, en la que las salas de urgencias están copadas de niños con Infección Respiratoria Aguda –IRA–.
¿Qué son las IRA?
Las infecciones respiratorias agudas son enfermedades producidas por varios tipos de microbios, especialmente virus y bacterias, que afectan la vía respiratoria, desde la región nasal hasta el pulmón.
Las infecciones respiratorias agudas son enfermedades producidas por varios tipos de microbios, especialmente virus y bacterias, que afectan la vía respiratoria, desde la región nasal hasta el pulmón.
Estas enfermedades causan inflamación aguda (de corta duración) del sistema respiratorio alto (nariz y laringe) o del sistema respiratorio bajo (pulmones).
“Se generan por contacto con el germen, ya sea por medio de una persona contaminada (que tenga con gripa, por ejemplo) u objetos contaminados (juguetes, ropa, elementos médicos). También se puede transmitir por el aire con las partículas de virus que expulsa una persona al toser”, afirma Iván Stand, presidente de la Asociación colombiana de neumología pediátrica y de la Sociedad latinoamericana de neumología pediátrica.
Lo usual es que estas infecciones duren de tres a cinco días. La mayoría son virales y requieren medidas de soporte para manejar los síntomas. Los virus NO responden a los antibióticos.
“Por lo menos el 90 por ciento de las infecciones respiratorias agudas son dadas por virus y el 10 por ciento por bacterias… muchas de estas son leves. Las que producen mayor riesgo de muerte en los niños son las bronquiolitis y las neumonías”, afirma el neumólogo pediatra Gustavo Aristizábal, coordinador del grupo de enfermedades respiratorias agudas de la Secretaría de Salud de Bogotá.
Manejo en casa
Generalmente, en un proceso infeccioso se controla la fiebre, se ofrecen al niño líquidos abundantes, alimentación adecuada (se debe mantener la leche materna en todo momento), no se debe suprimir la tos (es un mecanismo de defensa para eliminar las secreciones del pulmón) y es vital mantener la nariz limpia.
Generalmente, en un proceso infeccioso se controla la fiebre, se ofrecen al niño líquidos abundantes, alimentación adecuada (se debe mantener la leche materna en todo momento), no se debe suprimir la tos (es un mecanismo de defensa para eliminar las secreciones del pulmón) y es vital mantener la nariz limpia.
La fiebre es buena y no siempre hay que bajarla, dice Aristizábal, pues indica que las defensas del niño están trabajando. Solo se debe dar algo para la fiebre cuando la temperatura es mayor a los 38,4 grados centígrados (medida en la axila). En cuanto al lavado nasal, se les debe limpiar la nariz a los pequeños con solución salina: con un gotero o con una jeringa sin aguja (1 cm), sentar al niño y aplicarle dos gotas en cada fosa nasal cada vez que se sienta congestionado. No realizarlo cuando acabe de comer o con agua muy fría.
Consultar de urgencias en los siguientes casos:
- Todo niño menor de dos meses con fiebre.
- Todo niño mayor de dos meses con fiebre que dure más de tres días.
- Todo niño menor de dos meses que disminuya el apetito.
- Todo niño, menor o mayor de dos meses, que esté muy somnoliento o muy decaído.
- Todo niño que convulsione, de cualquier edad.
- Todo niño menor o mayor de dos meses que le suene el pecho al respirar (sibilancias).
- Todo niño menor o mayor de dos meses que tenga respiración rápida.
- Todo niño menor o mayor de dos meses que se le hundan las costillas o tenga cualquier signo de dificultad para respirar.
- Todo niño menor de dos meses con fiebre.
- Todo niño mayor de dos meses con fiebre que dure más de tres días.
- Todo niño menor de dos meses que disminuya el apetito.
- Todo niño, menor o mayor de dos meses, que esté muy somnoliento o muy decaído.
- Todo niño que convulsione, de cualquier edad.
- Todo niño menor o mayor de dos meses que le suene el pecho al respirar (sibilancias).
- Todo niño menor o mayor de dos meses que tenga respiración rápida.
- Todo niño menor o mayor de dos meses que se le hundan las costillas o tenga cualquier signo de dificultad para respirar.
Tipo de infeccionesInfecciones vías aéreas superiores:
Gripa o resfriado común. Es producida por virus y puede causar fiebre durante pocos días, mocos y tos escasa.
Otitis (el oído hace parte del órgano respiratorio). Se inflama el oído medio y esto ocurre, por lo general, como consecuencia de infecciones en la garganta, amigdalitis y gripas. Solo en casos específicos requiere manejo con antibiótico (líquido dentro del oído que no desaparece).
Gripa o resfriado común. Es producida por virus y puede causar fiebre durante pocos días, mocos y tos escasa.
Otitis (el oído hace parte del órgano respiratorio). Se inflama el oído medio y esto ocurre, por lo general, como consecuencia de infecciones en la garganta, amigdalitis y gripas. Solo en casos específicos requiere manejo con antibiótico (líquido dentro del oído que no desaparece).
Otitis media con derrame significa que hay líquido en el oído medio (adentro del oído) y que la parte de adentro está inflamada. Este líquido por lo general no molesta a los niños y casi siempre desaparece solo.
- Sinusitis. Presencia de infección o inflamación de los senos paranasales, huecos donde pasa el aire por el interior de los huesos que rodean la nariz.
- Faringitis y amigdalitis. La primera es la inflamación de la garganta, a menudo por una gripa o resfriado. La amigdalitis es dolor e inflamación de las amígdalas.
- Laringitis. También la produce un virus. Se acompaña de fiebre leve, tos seca, mocos y ruido al entrar el aire (estridor).
Infecciones vías aéreas inferiores:
- Bronquitis. Es la inflamación de las vías respiratorias principales (bronquios) hacia los pulmones. Produce tos, falta de aire y opresión en el pecho. La tos suele tener una expectoración de moco amarillento o verdoso. Es seca y desaparece espontáneamente.
- Bronquiolitis. Afecta a los bronquiolos, conductos más pequeños por donde va el aire. Hay unos 30.000 en cada pulmón. Un bronquiolo tiene aproximadamente el mismo grosor que un cabello. Un virus es el responsable de esta infección, que afecta principalmente a niños menores de un año. Sus síntomas son fiebre leve, tos seca al comienzo y luego húmeda, por varios días o semanas, y ruidos en el pecho (sibilancias). Se complica con dificultad al respirar.
- Neumonía. Usualmente es producida por bacterias. Sería la única enfermedad que requeriría antibióticos para su manejo. Causa fiebre prolongada, tos frecuente y se confirma su diagnóstico con un examen médico y una radiografía de tórax. Puede complicarse con dificultad al respirar y deterioro del estado general.
- Sinusitis. Presencia de infección o inflamación de los senos paranasales, huecos donde pasa el aire por el interior de los huesos que rodean la nariz.
- Faringitis y amigdalitis. La primera es la inflamación de la garganta, a menudo por una gripa o resfriado. La amigdalitis es dolor e inflamación de las amígdalas.
- Laringitis. También la produce un virus. Se acompaña de fiebre leve, tos seca, mocos y ruido al entrar el aire (estridor).
Infecciones vías aéreas inferiores:
- Bronquitis. Es la inflamación de las vías respiratorias principales (bronquios) hacia los pulmones. Produce tos, falta de aire y opresión en el pecho. La tos suele tener una expectoración de moco amarillento o verdoso. Es seca y desaparece espontáneamente.
- Bronquiolitis. Afecta a los bronquiolos, conductos más pequeños por donde va el aire. Hay unos 30.000 en cada pulmón. Un bronquiolo tiene aproximadamente el mismo grosor que un cabello. Un virus es el responsable de esta infección, que afecta principalmente a niños menores de un año. Sus síntomas son fiebre leve, tos seca al comienzo y luego húmeda, por varios días o semanas, y ruidos en el pecho (sibilancias). Se complica con dificultad al respirar.
- Neumonía. Usualmente es producida por bacterias. Sería la única enfermedad que requeriría antibióticos para su manejo. Causa fiebre prolongada, tos frecuente y se confirma su diagnóstico con un examen médico y una radiografía de tórax. Puede complicarse con dificultad al respirar y deterioro del estado general.
¿Cómo evitar que una gripa se complique?Es importante hablar primero de la prevención. Una madre bien alimentada, con un control prenatal riguroso y libre del humo del cigarrillo tiene menos riesgos de un parto prematuro, dice el neumólogo Gustavo Aristizábal.
Consejos para prevenir complicaciones en los bebés:
- Tener al día el esquema básico de vacunación, protección esencial contra varias enfermedades.
- Amamantar al bebé de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. No suspender la lactancia cuando se presente alguna enfermedad.
- Evitar que el niño se acueste, al menos durante los 30 minutos siguientes a la ingesta de alimentos para evitar que, al toser, devuelva la comida y broncoaspire.
- Los adultos siempre deben tener las manos muy limpias, especialmente cuando vayan a preparar alimentos. Un buen cuidador debe lavarse las manos de 20 a 30 veces al día.
- Las personas con gripa siempre deben usar tapabocas.
- En época de lluvia, abrigar bien a los niños y evitar corrientes de aire.
- No automedicar y no administrar medicamentos antigripales en niños menores de dos años.
- No fumar en la casa del infante.
Consejos para prevenir complicaciones en los bebés:
- Tener al día el esquema básico de vacunación, protección esencial contra varias enfermedades.
- Amamantar al bebé de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. No suspender la lactancia cuando se presente alguna enfermedad.
- Evitar que el niño se acueste, al menos durante los 30 minutos siguientes a la ingesta de alimentos para evitar que, al toser, devuelva la comida y broncoaspire.
- Los adultos siempre deben tener las manos muy limpias, especialmente cuando vayan a preparar alimentos. Un buen cuidador debe lavarse las manos de 20 a 30 veces al día.
- Las personas con gripa siempre deben usar tapabocas.
- En época de lluvia, abrigar bien a los niños y evitar corrientes de aire.
- No automedicar y no administrar medicamentos antigripales en niños menores de dos años.
- No fumar en la casa del infante.
Por Andrea Linares G.
F eltiempo.com
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