Quemaduras por sol, intoxicaciones leves y accidentes son algunos de los riesgos a los que están expuestos los pequeños.
El contacto con el agua, tomar un baño de sol, hacer castillos en la arena, comer lo que más les gusta y jugar con otros pequeños son algunas de las cosas que más atraen a los niños durante las vacaciones. Sin embargo, aunque es un momento para divertirse, es clave no dejar de velar por su seguridad en todos los espacios.
“El riesgo fundamental es que los niños salen de su ambiente natural y tienen contacto con otras personas, lo cual aumenta la posibilidad de que sufran infecciones o tengan accidentes. Además, consumen comida hecha por otras personas o comprada, exponiéndose a intoxicaciones”, explica Hernando Villamizar, presidente de la Asociación Latinoamericana de Pediatría.
En los bebés que tienen menos de 6 meses el principal riesgo es que se puedan presentar infecciones intestinales y respiratorias. Por esta razón, es necesario continuar con la lactancia materna el mayor tiempo posible, lavarse las manos varias veces al día y utilizar agua potable en todo momento. Por su parte, los infantes que tienen entre seis meses y tres años están expuestos a padecer infecciones respiratorias e intoxicaciones durante el receso. Por lo cual, es primordial asegurarse de que el agua que ingieren sea de buena calidad y evitar el consumo de alimentos que puedan estar contaminados.
En los mayores de tres años, además de los peligros mencionados, hay que aumentar las medidas de seguridad para disminuir la posibilidad de que se presenten accidentes como ahogamientos en piscinas, caídas e incidentes en automóviles, bicicletas o patines.
“Es responsabilidad de los padres transportar adecuadamente a los niños en los vehículos. Los bebés y lactantes no deben estar sentados en el asiento de adelante ni en las rodillas de los adultos, sino en una silla para carros que se ajuste a la edad del menor y esté protegida por un cinturón de seguridad”, añade el doctor Villamizar.
Adicionalmente, el experto recomienda a todos los padres hacer una evaluación exhaustiva cada vez que lleguen a un lugar nuevo en la que inspeccionen ventanas, balcones, tomas eléctricas, escaleras, tóxicos que estén mal almacenados y a los cuales los pequeños tengan acceso, y el estado de las piscinas.
“En las piscinas, la familia está en la obligación de exigir el cumplimiento de las normas incluidas en la ley 1209 del 2008. Le corresponde cerciorarse de que haya salvavidas, de que las rejillas estén adecuadamente cubiertas y debe vigilar permanentemente al menor, porque los accidentes ocurren en cuestión de segundos”, señala.
Conducto auditivo y alergiasLos padres de los menores que estén predispuestos a las alergias, deben enseñarles a tener cuidado con lo que comen y tocan, sin coartar su libertad ni exagerar, y aplicarles repelente de insectos para contrarrestarlas. “Por lo general, no son graves y es normal que, a veces, se presenten porque el niño está en contacto con sustancias desconocidas o ingiere alimentos a los que no está habituado. Las más comunes son las de picaduras de insectos, por roce con algún vegetal o por ingestión de alimentos”, agrega el especialista.
En caso de que aparezcan, lo más indicado es acudir al médico. No hay que aplicar ningún tipo de sustancias que no hayan sido sugeridas por el especialista. Adicionalmente, durante el descanso, los infantes pueden tener alteraciones en el oído medio. De acuerdo con el doctor Villamizar, esta condición se presenta principalmente por infecciones respiratorias, pues la congesitón nasal afecta este órgano.
Según un informe elaborado por el doctor José A. Rivas, otorrinolaringólogo de la Clínica Rivas, no es aconsejable viajar con niños que tengan gripa, porque “en una nariz tapada es más factible que al contacto con el agua se presente una infección”, dice. Si urge viajar, el experto recomienda usar gotas suaves.
Precauciones en la alimentación Para Óscar Javier Quintero, gastroenterólogo pediatra, el problema más frecuente en los niños son las inflamaciones por infección aguda del tracto digestivo. “La principal medida de prevención es manipular los alimentos cumpliendo con las normas de higiene. Además, mantener los horarios de las comidas y estar atento a señales de alarma como diarrea o dolor abdominal”, dice.
Ojo con el sol
De acuerdo con Iván Pérez, dermatólogo de la Fundación Santa Fe de Bogotá, durante las vacaciones es frecuente que se presenten quemaduras solares. “Son de diferentes intensidades y se distinguen porque causan ardor, enrojecen la piel, molestan al tacto y producen vejigas de agua”, añade el experto. Algunas quemaduras forman ampollas que pueden dañar el ADN de las células en la piel. “Ciertos estudios demuestran que los menores de cinco años que tienen más de dos quemaduras con ampollamiento son más propensos a desarrollar cáncer de piel en la edad adulta”, añade el especialista. Si ocurren este tipo de lesiones, hay que acudir al médico inmediatamente para recibir el tratamiento oportuno. También hay que tener cuidado con la resequedad que produce el sol. “Para evitar que esto suceda es necesario emplear protector solar cada 3 horas, aplicado desde la habitación y no en la piscina, para que se absorba bien; utilizar crema humectante después de salir del agua y bañarse para quitarse el agua clorada”, agrega. No es conveniente tomar el sol entre las 11 de la mañana y las dos de la tarde.
Por Diana Bello Aristizábal
Redactora ABC del bebé
F eltiempo.com