Este método es especialmente para aquellos que deban exponerse a situaciones médicas o labores que perjudiquen su capacidad reproductiva.
La autoconservación de gametos es la posibilidad que le permite al individuo preservar sus óvulos o espermatozoides con el objetivo de buscar, en la posteridad, un embarazo.
Este método se le practica a una persona que “quiere prever alguna situación para el futuro o porque se va a enfrentar a un tipo de situación médica que le va a alterar su capacidad reproductiva”, dice Carlos Jiménez, biólogo, especialista en reproducción humana y coordinador del Programa de Fertilidad de Profamilia.
“Fundamentalmente, es un recurso planteado para hombres y mujeres que serán expuestos a situaciones que afecten sus células reproductivas; por ejemplo, tratamientos de quimioterapia y radioterapia para el cáncer”, señala Cecilia Hernández, ginecoobstetra, especialista en medicina reproductiva de la Unidad de Fertilidad de la Clínica de la Mujer.
También lo hacen aquellos que quieren preservar sus células porque no han definido su parte reproductiva, tienen un proyecto estudiantil o metas profesionales, o un trabajo riesgoso. Según el biólogo, “pueden ser aquellos que trabajan con radiaciones, químicos o tóxicos que, por exposición prolongada a estos, pueden causar algún problema de fertilidad en el organismo”.
Al respecto, la doctora Hernández asegura que, aunque existe la posibilidad de preservar la fertilidad en mujeres jóvenes que deseen diferirla, los resultados aún no son altamente predecibles, lo que implica un riesgo de fracasar en el intento
posteriormente.
posteriormente.
¿En qué consiste?La conservación de óvulos y espermatozoides se hace a través de la congelación. Los métodos para cada gameto son distintos, ya que las células son diferentes en tamaño y estructura. “Se utilizan sustancias y medios de cultivo, especiales para estabilizar y proteger las células y, posteriormente, mantenerlas congeladas a -196° C, en tanques de nitrógeno líquido”, explica la ginecoobstetra.
Las técnicas de criopreservación (conservación de gametos por medio de la congelación) permiten que las células estén almacenadas por tiempo indefinido, siempre y cuando cumplan los requerimientos para que no pierdan sus funciones vitales.
En este sentido, los gametos no perderían su calidad. La doctora Cecilia Hernández explica que los resultados de los gametos, después de descongelarlos, dependen de las condiciones previas a este proceso. Es decir, en el caso de los espermatozoides, “si la muestra es normal, no se verá afectada significativamente en su potencial biológico; por el contrario, si presenta alteraciones en la cantidad, movilidad o forma, manifestará dichas variaciones al ser descongelada”, afirma.
En este sentido, los gametos no perderían su calidad. La doctora Cecilia Hernández explica que los resultados de los gametos, después de descongelarlos, dependen de las condiciones previas a este proceso. Es decir, en el caso de los espermatozoides, “si la muestra es normal, no se verá afectada significativamente en su potencial biológico; por el contrario, si presenta alteraciones en la cantidad, movilidad o forma, manifestará dichas variaciones al ser descongelada”, afirma.
En el caso de los óvulos, por ser células de mayor tamaño y complejidad, ha sido necesario explorar diferentes técnicas hasta la actual denominada vitrificación, descrita e implementada solo en la última década.
Al igual que en el caso de los espermatozoides, comenta la experta, los resultados con la desvitrificación dependen del potencial biológico de los óvulos, al ser congelados, condición que está directamente relacionada con la edad de la mujer. También aclara que, al ser una técnica más reciente, aún necesita ser perfeccionada para lograr resultados estables y ajustados a los descritos por sus inventores.
A la hora de congelar…En el caso masculino, no hay necesidad de exámenes. El hombre, simplemente, debe ir a un banco de semen con el deseo de congelar sus gametos. El número de muestras guardadas dependerán de su calidad; el objetivo es conservar aquellas que tengan características suficientes para practicar tratamientos futuros.
En el caso de las mujeres es más complejo, pues deben practicarse un procedimiento de aspiración folicular. El especialista dice que este método consiste en “suministrar medicamentos al paciente para que produzca varios óvulos; estos, posteriormente se extraen para colegarlos”.
Para ello, es necesario practicarle ecografías y, eventualmente, un perfil hormonal para evaluar si hay una suficiente reserva ovárica. “La idea es ver cómo está funcionando el ovario en ese momento –añade Jiménez–. A partir de allí, podemos verificar el estado de las hormonas para que la paciente decida si se procede o no”.
En el futuroCuando el semen se descongela, dependiendo de la calidad espermática y para intentar un embarazo, es posible practicar una inseminación artificial.
Es decir, “descongelar la muestra, incentivar el movimiento de los espermatozoides y depositarlos en el útero de forma coordinada con la ovulación de la mujer”, explica Cecilia Hernández, ginecoobstetra, especialista en medicina reproductiva de la Clínica de la Mujer.
Con los óvulos descongelados se requiere un tratamiento de fecundación in vitro.
Para tener en cuenta
Los especialistas dan las siguientes recomendaciones:
• La mujer debe tener claro que es fundamental escalar posiciones y estudiar, pero también es vital pensar en su futuro reproductivo.
• Por ende, debería buscar embarazos en las edades más convenientes establecidas por la naturaleza; este periodo está entre los 20 y los 35 años.
• En el caso de los pacientes oncológicos, los médicos tratantes deben tener en cuenta que es evidente salvar la vida del paciente por sobre todas las cosas, pero también hay que evaluar su capacidad reproductiva.
Los especialistas dan las siguientes recomendaciones:
• La mujer debe tener claro que es fundamental escalar posiciones y estudiar, pero también es vital pensar en su futuro reproductivo.
• Por ende, debería buscar embarazos en las edades más convenientes establecidas por la naturaleza; este periodo está entre los 20 y los 35 años.
• En el caso de los pacientes oncológicos, los médicos tratantes deben tener en cuenta que es evidente salvar la vida del paciente por sobre todas las cosas, pero también hay que evaluar su capacidad reproductiva.
Por Karen Johana Sánchez
Redactora ABC del bebé
F eltiempo.com
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